“De juguetes a acciones: cómo Corea del Sur está reinventando la educación financiera desde la cuna”
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La infancia que cotiza en bolsa
Corea del Sur, un país conocido por su innovación tecnológica y su disciplina social, está protagonizando una revolución silenciosa: los niños ya no reciben peluches o videojuegos en sus cumpleaños, sino acciones de Tesla, Apple o fondos indexados. Este fenómeno, impulsado por padres que ven en la educación financiera temprana una herramienta para combatir la desigualdad y preparar a sus hijos para un futuro incierto, refleja una transformación cultural profunda. Pero ¿es esta tendencia una solución visionaria o una distopía que mercantiliza la infancia?
Del ahorro tradicional al portafolio bursátil
En una sociedad donde el 43% de los adolescentes de 17 a 19 años ya tienen cuentas de inversión (según Samsung Securities), el dinero ha dejado de ser un tema tabú. Padres como Lee, un oficinista de 45 años, regalan acciones a sus hijos en fechas clave para enseñarles sobre dividendos, propiedad accionaria y crecimiento compuesto. La estrategia no es solo pedagógica: las transferencias de hasta 20 millones de wones (14.224,45 USD) por hijo cada década están libres de impuestos, lo que convierte estas donaciones en un eficiente vehículo de herencia. Una inversión inicial de 20 millones de wones con un 7% de rendimiento anual se transformaría en 70 millones (49.785,59 USD sin impuestos) en 20 años, según cálculos citados en Korean Times.
Tesla, el “santo grial” de los inversores minoristas
La obsesión por Tesla en Corea del Sur es emblemática. Los “Teslams” (una mezcla entre “Tesla” e “Islam”) han acumulado el 1,6% de las acciones de la empresa, superando las inversiones en Apple o Microsoft. Para muchos, como Park Sunghyun, una madre que vendió su casa para invertir 230.000 dólares en Tesla, la compañía de Elon Musk representa una apuesta desesperada por escapar de la desigualdad económica.
Aunque las acciones de Tesla han caído un 25% desde su máximo en 2021, su rentabilidad a tres años (+1.900%) eclipsa al índice Kospi (+40%) y a Samsung Electronics, la acción más poseída en el país.
Desigualdad y riesgo: el trasfondo de la fiebre inversora
Corea del Sur es un caldo de cultivo para esta tendencia. El costo de un apartamento en Seúl se duplicó en cinco años, y la tasa de pobreza en adultos mayores es la más alta de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Para jóvenes como Son Gilhun, un operario de 27 años que destina la mitad de su sueldo a Tesla, invertir en bolsa es la única vía para aspirar a una casa o un coche eléctrico.
El riesgo, Hwang Sei-woon, investigador del Korea Capital Market Institute, advierte que, aunque las cantidades iniciales son pequeñas y hay supervisión parental, la exposición a activos volátiles como Tesla podría generar pérdidas significativas si la burbuja se desinfla.
Seduciendo a la infancia: el papel de las corredoras
Empresas como Kiwoom Securities ya tienen más de 500.000 cuentas infantiles y ofrecen canales educativos en YouTube para enseñar finanzas básicas. Estas estrategias, aunque bienintencionadas, plantean dilemas éticos: ¿debe un niño de 7 años preocuparse por las fluctuaciones del S&P 500?
¿Educación o presión financiera?
Corea del Sur está redefiniendo la relación entre dinero e infancia, convirtiendo a los niños en actores económicos desde sus primeros años. Si bien esta tendencia fomenta la alfabetización financiera y rompe tabúes, también refleja una sociedad donde la desesperación por escapar de la desigualdad justifica riesgos extremos. El caso de Tesla, con su aura de “solución mágica”, ejemplifica cómo el sueño de la movilidad social puede convertirse en una trampa si se ignora la diversificación y el análisis crítico. Como señala Park Sunghyun: “Los Teslams no cambiamos nuestra inversión, nos mantenemos firmes”. La pregunta es: ¿hasta cuándo y a que costo?
Este artículo tiene fines informativos y no constituye asesoramiento financiero. Las inversiones en bolsa conllevan riesgos, y se recomienda consultar a un profesional antes de tomar decisiones económicas significativas. El autor y la plataforma no se responsabilizan por pérdidas derivadas del uso de esta información.
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