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“La paradoja de la paternidad: ¿Por qué tantos la aman y tantos la evitan?”

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25 minutos

El 93% de los padres no se arrepiente de haber tenido hijos, según datos recientes. Sin embargo, cada vez menos personas eligen la paternidad. ¿Cómo explicar esta contradicción? En un mundo donde la autonomía, la carrera profesional y el culto a la libertad individual priman, la decisión de tener hijos se ha convertido en un tema polarizado. Por un lado, se idealiza como una experiencia transformadora; por otro, se la retrata como una carga agotadora. Este artículo explora las razones detrás de esta paradoja, analiza los costos personales y sociales de renunciar a la paternidad, y propone caminos para reinventarla en un contexto de cambios acelerados.

La felicidad parental: Un enigma con dos caras

Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, descubrió en un estudio que cuidar hijos aparece en el puesto 16 de 19 actividades relacionadas con la felicidad momentánea, por debajo de ver televisión. Sin embargo, a largo plazo, los padres reportan mayor bienestar y sentido de propósito. Esta “paradoja de la paternidad” revela que, aunque el día a día puede ser agotador, la crianza aporta un significado profundo a la vida. “Le da sentido a la vida.”

En países nórdicos, donde existen políticas robustas de licencias parentales y guarderías accesibles, la satisfacción de los padres supera a la de quienes no tienen hijos. En contraste, en sociedades sin apoyo estatal (como muchas latinoamericanas), el estrés parental se dispara, superando al estrés de personas que no tienen hijos pero llevan vidas altamente demandantes.

El 26% de los adultos sin hijos reportan estrés crónico, frente al 50% de los padres.

La paternidad en crisis: ¿Responsabilidad individual o fracaso colectivo?

La soledad en la crianza es un factor clave. Históricamente, las comunidades apoyaban a las familias, pero hoy la carga recae sobre individuos, especialmente mujeres. Según la OIT, las madres dedican 4,2 veces más horas al cuidado que los padres en América Latina. Esta inequidad no solo afecta la salud mental, sino que disuade a muchos de considerar la paternidad. Antes las parejas jóvenes contaban con una red de apoyo brindada por familiares, amigos u otros padres en la misma situación, en la actualidad los padres se encuentran sin redes de contención, esto por un cambio en las dinámicas sociales.

La narrativa de “elección personal” oculta un sistema que penaliza a quienes crían: falta de flexibilidad laboral, costos exorbitantes de guarderías y estigmatización social hacia quienes priorizan la familia (ya que algunas corrientes ideológicas han ido menoscabando la entidad de la familia y todo lo que esta representa).

En ese sentido podemos decir que el problema quizás no sean los hijos, sino la soledad que se enfrenta durante la crianza en sociedades que han abandonado el apoyo comunitario y legitimado la sutil discriminación y el relegamiento laboral de los que eligen ser padres.

Tecnología y crianza: ¿Aliada o enemiga?

Un estudio de JAMA Pediatrics (2023) vinculó el uso excesivo de pantallas en niños menores de 5 años con retrasos en el desarrollo del lenguaje y la atención. Las pantallas, aunque útiles como “niñeras digitales” porque en algunas situaciones son el sinónimo de un respiro para los padres, están reemplazando interacciones humanas cruciales.

En Corea del Sur, donde el 90% de los niños usan dispositivos antes de los 2 años, se reporta un aumento del 40% en consultas por déficit de atención en la última década.

Pero la tecnología en si no es completamente mala y lo que se debe hacer es, integrar la tecnología como herramienta complementaria y no sustituta, ya que es necesario que los niños sepan utilizar la tecnología, pero a su vez también es necesario que aprendan interrelaciones humanas. Es ahí donde entran programas que usan apps para fomentar juegos educativos e interactivos en familia.

Reinventar la paternidad: De la supervivencia a la esperanza

Para que la crianza vuelva a ser deseable, se necesitan:

  • Políticas públicas: Licencias parentales igualitarias y acordes al desarrollo cognitivo de los niños, garantizar el cuidado infantil de calidad y accesible.
  • Cambio cultural: Redefinir la “buena crianza” lejos de la perfección tóxica e ideologías que tergiversan la paternidad y dañan la estructura familiar.
  • Apoyo comunitario: Recuperar redes de solidaridad (ej.: bancos de tiempo para cuidar niños).

En Islandia, la licencia de 9 meses (3 para cada padre y 3 compartidos) redujo la brecha de género laboral y aumentó la natalidad en un 15%.

El costo social de no tener hijos: Un futuro sin huella

La caída global de la natalidad (en Argentina, se proyectan 3 millones menos de nacimientos en 10 años) amenaza sistemas de pensiones, mercados laborales y cohesión social. Pero más allá de lo económico, hay una pérdida intangible: la desconexión con el legado intergeneracional.

Como señala el filósofo coreano Byung-Chul Han, en la era del hiperindividualismo, “el futuro se reduce a un presente eterno”. La paternidad, en este contexto, es un acto rebelde de esperanza en algo más grande que uno mismo.

Tal vez si cambiamos la vara de la felicidad por la del sentido, la perspectiva con la que abordamos la paternidad cambiaria, en ese sentido si dejamos de preguntarnos si somos felices por si sentimos que nuestras vidas tienen sentido la realidad cambiaria por completo.

Podemos concluir que, la paternidad no es un mandato, pero tampoco debería ser un lujo inaccesible. Su declive no es solo una suma de decisiones personales, sino un síntoma de sociedades que priorizan la productividad sobre el cuidado, lo inmediato sobre lo duradero. Reinventarla exigirá políticas audaces, equidad de género y un replanteamiento de qué valoramos como “éxito”. Al final, criar no es solo dar vida, sino apostar por un mundo donde esa vida valga la pena ser vivida.

Este artículo presenta análisis y opiniones basadas en datos públicos y estudios citados. No pretende ser una guía universal sobre la decisión de ser padres, sino un insumo para la reflexión crítica. La paternidad/maternidad es una elección personal influida por contextos culturales, económicos y emocionales únicos. Siempre se recomienda consultar fuentes diversas y profesionales para decisiones individuales.
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Uvumishi

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